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En este sitio, tuve la oportunidad de visitar a mis parientes los chimpacés, y tuve además la fortuna de admirar diversas especies de animales que para ser sincero no había visto jamás en mi putrefacta y semi olvidada existencia.
La visita al zoológico, ocurre justamente sin haberlo planeado pues el día anterior había comprado una nueva computadora portátil y era necesario llevarla a una sucursal de Sprint para que el técnico le instalara el software que me permitiría tener acceso a Internet a través de mi tarjeta Sierra Wireless Air Card 595U.
Estando ahí en la sucursal de Sprint y al ver que el técnico estaba demasiado ocupado, tomé la desición de ir a algún lugar mientras él realizaba la instalación del software y algunas actualizaciones necesarias para la plena compatibilidad con el Windows Vista Home Premium que mi nueva laptop HP DV6000 traía incluído.
Tomé entonces un autobús al azar con la intención de perderme en la ciudad y de paso encontrar quizás algunos lugares interesantes para tomar fotografías. A los pocos minutos, miré un letrero que decía 'Zoológico' y de inmediato presioné el botón indicándole al chofer que bajaría en la próxima parada. Me dejó a tan sólo unos metros de la entrada al zoológico, bajé mi bicileta y me dispuse a iniciar así una nueva aventura.
Para llegar hasta la entrada del zoológico es necesario recorrer aproximadamente una milla desde el aceso principal ubicado sobre la avenida Nolensville Road. Ya estando ahí, pasé a la ventanilla para pagar $13.00 dólares y así tener la oportunidad de conocer lo que antes jamás me hubiese imaginado. No voy a negar que con anterioridad había ido a otros zoológicos, pero aquí seguramente había y hubo otras cosas por descubrir.
Y así fue...
Empecé mi visita al azar aunque en la ventanilla me proporcionaron un pequeño mapa donde claramente venía especificado en qué área se encontraban determinadas especies de animales, cafeterías, restaurantes, tiendas de recuerdos o eventos especiales.
Lo primero que vi, fue una zona dedicada especialmente a exhibir unas pequeñas y hermosas aves de colores, otras no tan pequeñas ni tan coloridas y un simpático patito que fielmente posó algunos segundos para el lente de mi Nikon D40X.
Luego de ahí, fui hacia una zona donde estaba en pleno funcionamiento un carrousel con figuras en fibra de vidrio de animales propios del zoológico. En ese momento, niños, niñas y hasta uno que otro papá o mamá disfrutaban de unas vueltecitas al compás de una suave música y el invisible, pero sensible vientecillo que a esa hora de la mañana, acariciaba sus rostros.
Habiendo pasado algunos momentos contemplando la alegría de los chiquillos, quise nuevamente y tan sólo por unos minutos volver a ser niño, pero era tarde lo sé y lo supe cuando preferí continuar mi camino descubriendo nuevas cosas y viejas casas como una que ahí dentro el zoológico aún permanece y que fue la morada de alguien que por ahora no recuerdo el nombre, pero que seguramente hizo algo importante en su vida para que hoy forme parte de una historia, esa que aún, no termina de escribirse.
Recorrí por algunos minutos los diversos caminitos que hay dentro del zoológico y así fui descubriendo sitios que ya eran como piezas de un imaginario rompecabezas.
Los elefantes sólo podía verse desde muy lejos, tal parece que estaban teniendo una reunión muy importante pues en grupo se toqueteaban como compartiendo ideas u opiniones sobre algunas de sus pasadas vivencias.
Preferí no fotografiarlos pues aunque llevaba un lente de largo alcance, me dio weba hacerlo y preferí avanzar para conocer otras especies que más de cerca pudiese contemplar.
Decirles a detalle el nombre de cada animalito, sería redundar, pues las imágenes como siempre dicen más que mil palabras y prefiero dejarlas hablar.
Estos bichos de las fotografías anteriores, realmente llamaron mi atención por esa forma tan extraña de pararse sobre sus dos patitas traseras. A la par noté en ellos un alto grado de egolatría pues hacían varias travesuras para ser el foco de nuestra absoluta observación.
Era todo un animalero...
En otra área, existe una zona reservada para pequeños animales domésticos con los que los niños que asisten al zoológico pueden jugar sin temor a ser devorados o al menos asustados como sería el caso de otras especies salvajes.
Cientos de animalitos por doquier decoraban el zoológico de la ciudad de Nashville. Tomé aproximadamente 250 fotografías y una vez más lamento no tener la manera de compartirlas todas con ustedes. Sin embargo, pongo a su disposición mi correo electrónico (picaysabe@gmail.com) por si alguien desea una o más de estas imágenes en alta resolución absolutamente gratis tendré la gentileza de hacérselas llegar a la brevedad posible.
Luego de estar algunos minutos en esa área, fui hacia donde se exhiben algunas especies de seres acuáticos, serpientes, reptiles y mariposas disecadas.
Esa zona subterránea es muy concurrida pues alberga una gran variedad de especies que deben observarse con cautela debido a su complejidad orgánica y rareza de cada elemento de esta perfecta y casi eterna naturaleza.
Concluída la visita y dejando zonas pendientes como el área de los grandes felinos, fui a recoger mi laptop, pasé a comer comida china, fui a casa a descansar y a volver a revivir aquéllos instantes a través de las fotografías que en mi visita al zoológico de la ciudad de Nashville había capturado.
Sobre mi nueva laptop, sólo puedo decirles que la regresé al día siguiente a BestBuy que fue donde la había comprado porque al llegar a casa ese mismo día que se le instaló el software de Sprint, la encendí y sólo apareció una pantalla con lineas horizontales. Volví a resetearla tres veces más y seguía presentando el mismo problema.
Así que llamé a mi amigo Rocas y fuimos a BestBuy para que nos regresaran el dinero. Las cosas se complicaron cuando el encargado del departamento de electrónicos de la tienda dijo que necesitaríamos 14 días hábiles para recuperar el dinero que yo había pagado en efectivo por la laptop el día anterior y que me descontarían el 15% por haber abierto la caja.
En vista de eso, solicitamos la presencia del manager general quien tras una discución de más de 20 minutos y tras comentarle que yo era un blogger muy leído en todo LatinoAmérica y que iba a escribir algo sobre el caso en mi blog, acabó por decirnos que depositaría el dinero completo sin descontarme el 15% por abrir la caja en menos de 24 horas en una tarjeta de débito o crédito. Mi amigo Rocas y yo aceptamos la propuesta, me prestó su tarjeta para efectuar el depósito y salimos de ahí completamente desilucionados y molestos por las malas políticas que BestBuy emplea al momento de regresar el dinero por una compra en la cual nosotros como clientes no tuvimos la culpa, sino Hewlett-Packard como propietaria de la laptop por no realizar los test correspondientes a cada equipo antes de lanzarlos a la venta evitando así problemas, desconfianza y pérdida de tiempo.
En fin, BestBuy ha cumplido y ha depositado antes del término acordado el dinero en la tarjeta de mi amigo Rocas. Sin embargo y a raíz de este suceso, he quedado completamente desilucionado por una tienda y una marca a las que siempre les tuve cariño y respeto (HP y BestBuy).
Por ahora, guardaré mi dinero, pero no niego que ya estoy pensando en lo que podría ser mi futuro juguetito...
Gracias por el tiempo que ha dedicado a la lectura de un capítulo más del Reportero sin Fronteras.
Hasta Pronto!