Para quienes siguen de cerca mi odisea de viajar a los Estados Unidos para trabajar y pagar mis deudas, recordarán que en el capítulo anterior les dije que hoy iríamos al centro de atención a solicitantes (CAS) para que nos tomaran las huellas digitales y unas fotografías como parte de los trámites que estamos realizando en aras de conseguir nuestra visa de trabajo y poder empezar nuestra gira por los carnavales (ferias) que cada empresa realiza año con año a través de diversos estados de la Unión Americana.
Siendo así, hoy a las 5:15 de la mañana fueron por nosotros al hotel donde nos hospedamos y empezaron a transportarnos en camionetas hacia las oficinas del CAS donde hicimos una sola fila muy larga pues somos en total más de 250 personas de las cuales aproximadamente 50 son mujeres...
Me llama la atención ver la hermandad que existe entre todos, se ayudan, se aconsejan, recuerdan sus historias, comparten cigarrillos, comida, bebidas, carcajadas y sonrisas.
Y siempre están dispuestos a ayudar a los nuevos con algunos consejos, datos, respuestas y sugerencias sobre qué hacer para que todo salga bien y consigamos nuestra visa.
Se nos ha dicho que en todo momento seamos sinceros, que seamos organizados, limpios y amables. Que no salgamos de noche, que cuidemos nuestro dinero y nuestras pertenencias personales, que no hablemos con personas desconocidas y que siempre andemos acompañados.
Queda claro que esas recomendaciones se deben obviamente a la inseguridad que impera en la zona fronteriza y en gran parte del territorio mexicano.
Sin embargo y hasta ahora, todo ha ido muy bien pues la gente siempre está disponible para ayudar y se respira un aire de libertad y seguridad.
A las 7:00 am abrieron las oficinas y fuimos llamados en grupos de 3 personas para entrar, nos formaron sentados en sillas e íbamos avanzando poco a poco hacia las 7 ventanillas de atención.
Al llegar, nos pidieron el pasaporte que previamente nos habían entregado junto con una hoja que contenía la cita para presentarnos ahí, nos preguntaron nuestro nombre, nos tomaron una foto y nos tomaron huellas de los dedos de ambas manos.
Luego nos devolvieron el pasaporte, la hoja de la cita y nos dieron una pequeña tarjeta con información referente a cómo quejarnos si recibimos un maltrato en nuestro trabajo o si necesitamos realizar algún cambio.
Saliendo de las oficinas, fuimos a entregar el pasaporte con nuestro representante y nos dijo que por hoy eso sería todo y que mañana martes habría una reunión a las 5 de la tarde en nuestro hotel.
Sabiendo que teníamos todo el día disponible, aproveché para preguntar si podía salir a turistear un poco por la ciudad a lo que me respondieron que sí podía hacerlo teniendo cuidado y siendo siempre muy respetuoso con todos para evitar algún contratiempo que pudiera poner en riesgo nuestros trámites para la obtención de la visa.
Entonces compré un café, unos burritos de papa y jamón con tortilla de harina, desayuné y regresé al hotel.
Al llegar ahí, invité a mis compañeros a ir conmigo pero no quisieron salir...
Ante la negativa, me lavé los dientes, tomé mi bolso con algo de dinero, mi identificación y mi celular y agarré calle.
Aventurero como siempre, no podía dejar pasar esta oportunidad para pasear un poco, conocer otras personas, ir al centro y por qué no, ir también al Puente Internacional.
Cuando regresaba del Puente Internacional, pasé al parque central de Nuevo Laredo donde me llamó la atención ver a muchas personas que al principio creí que eran de Puerto Rico o República Dominicana, pero que al escuchar mejor su acento noté que eran cubanos.
Me senté en una banquita donde había una pareja y así como así empezamos a charlar...
Resulta que todos ellos están ahí varados desde que Obama vetara la política "pies secos, pies mojados".
La política de «pies secos, pies mojados» (en inglés, «wet feet, dry feet policy») fue el nombre dado a una política del gobierno de los Estados Unidos sobre la inmigración cubana en su país, que fue consecuencia de la revisión de 1995 de la Ley de Ajuste Cubano. Consistía en permitir el ingreso de inmigrantes provenientes de la isla solo si han pisado la costa estadounidense. Fue terminada por la administración Obama el 12 de enero de 2017.
Como resultado de este cambio en las leyes, cientos de cubanos que habían salido de su país en la búsqueda de encontrar mejores oportunidades en USA se encontraron con la mala noticia de que la frontera estaba cerrada.
Aquí en el parque de Nuevo Laredo, vi a un grupo de más de 100 cubanos entre los cuales se encuentran parejas, familias completas con niños y varios de ellos que viajan solos.
Hablando largo y tendido con uno de ellos, me dio a conocer la forma en que vive la mayoría de la gente en Cuba, un país controlado por el gobierno y donde prácticamente no puede moverse un dedo sin la autorización de quienes administran los servicios gubernamentales, no hay libertad de expresión, hay 3 periódicos de circulación nacional bajo el control del partido comunista, hay plazas con acceso a internet vía wifi, que sólo pueden utilizarse con tarjetas prepagadas a un costo de 2 dólares americanos por hora cuando el salario promedio en Cuba es de 25 dólares al mes...
Me dolió ver a toda esa gente en espera de algún cambio por parte del actual Presidente Donald Trump, me dolió ver que toda esta gente la está pasando mal porque ya llevan más de 1 mes aquí sin dinero, sin trabajo y sobreviviendo sólo con lo que la iglesia local les da (desayuno, cena, un lugar para dormir y dónde bañarse).
De igual forma, mi amigo me comentó que la organización "Cubanos sin Fronteras" les está haciendo llegar algunos donativos y ropa sobre todo para los niños que acompañan a este grupo de personas.
De mi parte, quise colaborar con algunos de ellos comprándoles agua, postres y yogur para los niños...
Muy lamentable la situación sobre todo para niños como Aarón que ya todos en el grupo lo adoran y se consideran parte de su familia. Hasta yo no dejé pasar la oportunidad de tomarme una foto con él. Un niño con carisma, risueño y alegre que a su año y medio ya sueña con ser famoso en You Tube...
Me contaron incluso de un caso de una chica cubana que dio a luz en el Puente Internacional y solicitó el asilo. Su caso fue turnado a la corte y es muy probable que la pasen por haber tenido ahí su bebé.
Quedé sorprendido al saber que la mayoría de los cubanos que han salido de su país para intentar entrar a los Estados Unidos, llegan a Centroamérica y de ahí empiezan su recorrido cruzando varios países hasta llegar a México y de ahí a la frontera con USA. Un largo, tedioso y peligroso peregrinar durante el cual pasan por muchas cosas... Hay quienes incluso se quedan en alguno de esos países un tiempo a trabajar para tener algo de dinero y continuar su travesía, hay otros que se van a Brasil, a Guatemala, a Belice, El Salvador, Samoa, Etc. mi amigo dice que su viaje a la frontera les lleva en promedio un mes y yo recordé lo cansado que llegué tras 18 horas de viaje desde mi pueblo hasta Nuevo Laredo.
No hay duda que en el mundo hay tanta gente que sufre mucho más que nosotros, pero no son tan cobardes como a veces nosotros sí lo somos...
Después de todo, me familiaricé con ellos y comprendí que tanto ellos como yo estamos luchando por lo mismo; cruzar la frontera para trabajar y buscar el bienestar de nuestras familias...
Que Dios nos bendiga a todos y que pronto alcancemos lo que tanto anhelamos...
Por ahora eso es todo lo que quería contarles, iré por ahí a seguir paseando un rato y regresaré más tarde al hotel para descansar y seguir en espera de los trámites reglamentarios.
Hasta pronto...
-José Luis
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